—Ya veo que hablar con usted es todo un protocolo. Es mucho más fácil hablar con un capo, que con un agente hoy en día.
Peter se echó a reír.
—No te escapas de tener razón. Relájate, Mireya. Y puedes tutearme. Me he enterado que sabes que tu hermana está aquí. Ella quiso venir y la he complacido.