Pilar se subió al auto de Tarsis.
Se miraron.
Ella sintió caer un enorme peso desde su garganta hacia su estómago. Jamás pensó que ese hombre tan peligroso fuese tan apuesto, las fotos no le hacían justicia. Llevaba algo desagradable en su mirada, pero no era odio, más bien, devoción.
Él se acerc