Valeria miró afuera, por suerte la puerta estaba contra el viento, pero aún así no pudo evitar un escalofrío de terror.
—No… Nick, no podemos salir… ¡Es muy peligroso! —tembló.
—Nena, escúchame, mírame. ¡Vamos a estar bien! Pero es peor quedarnos aquí —le aseguró él.
Nick se aseguró de que el ano