Layla atrapó las manos de su hijo antes de que se anudara la pajarita.
—¡Por supuesto que no vas a hacerlo! —exclamó—. ¡No te voy a dejar!
—Mamá, ya está decidido —respondió Nick apartándola despacio para mirarse al espejo. Se sentía como un idiota, pero no había nada que hacer.
—¿Valeria se volv