—Me equivoqué —soltó de golpe mientras las lágrimas cristalizaban sus ojos—. Me equivoqué en todo, Valeria.
Intentó acercarse a ella pero Valeria levantó las manos, manteniendo la distancia.
—¡No me toques! —lo detuvo—. No tienes que decirme algo que ya sé.
—¡Tú lo sabías pero yo no, y tengo que