CAPÍTULO 21 —Voy a arruinarlo.
Sofía.
Mis ojos se abrieron lentamente y di un bostezo para intentar sentarme en la cama, pero inmediatamente sentí una mezcla de satisfacción y dolor entre mis piernas. Mi cuerpo me recordó todo lo que había sucedido, y como incluso me había quedado dormida apenas unas horas atrás, en medio de la madrugada.
Y aunque me sentía adolorida, también me sentía viva de una manera que nunca había experimentado.
Sonreí de pura inercia y tuve que negar. Este hombre era de otro mundo.
La puerta hizo clip en el instante y levanté los ojos para ver que Gael entraba, como si hubiese ido a algún sitio. Sin decir una sola palabra, vino a la cama y tomó mi cuerpo para sentarlo encima de él.
—Buenos días… —él me besó abrazando mi espalda y luego se separó, para poner algo en mi boca—. Trágala… —se inclinó un poco para pasarme un vaso de agua, y la bebí enseguida para preguntar:
—¿Qué es?
—Te cuidará…
Me moví un poco ante la incomodidad de mi posición, y Gael frunció el ceño mirando hacia abajo