—¡Gracias a Dios! —exclamó Maddi.
—A Dios y a Robocop —murmuró James—. Mamá, ¿por qué no hablas con él para que venga? Creo que se lastimó.
Meli asintió pero antes miró a su hija y Nahia asintió.
—Yo me ocupo —dijo corriendo de regreso a la cocina.
Por su parte, apenas los King habían salido, Aa