—Déjeme adivinar. También me lo manda la señorita —siseó.
—Pues sí. Y yo es por meterme pero todo esto me parecen muchas indirectas —se rio el cantinero.
—Deme acá eso —dijo Aaron agarrando la copa y llevándosela a los labios—. ¡Y encima está bueno para el espectáculo! ¿Ella quiere un orgasmo chil