—¿¡Qué!?
—Me voy de la ciudad, me voy con Rex a Boston. Él va a jugar en los Patriots y yo voy a estudiar en la universidad allá.
Nathan sintió como si le hubieran vertido un cubo de hielo encima. Tiró de su mano y la abrazó con fuerza mientras negaba.
—Te amo, Meli, no me hagas esto, por favor.