Mundo ficciónIniciar sesiónMariana miró a la mujer frente a ella, su cerebro procesando la información con lentitud de computadora sobrecargada. Guardia de élite. Enviada por Hassan. Carta de Sami. La promesa de escape finalmente materializada.
—¿Cómo llegaste aquí? —susurró, mirando nerviosamente hacia la puerta donde los guardias estaban estacionados—. Estamos en el piso doce. Los guardias están por todas partes.
La mujer sonrió, era expresión que no alcanzaba sus ojos.
—Tengo mis métodos. Pero no tenemos mucho tiempo. Los guardias hacen rondas cada veinte minutos. Tenemos quince antes de que el siguiente pase y note que la ventana fue manipulada.







