ISKANDER
Camino de un lado a otro desesperado sin saber qué hacer con el estado de Ivanna.
No despierta desde ese maldito ataque ni abre sus ojos y está en peligro nuestro bebé. No tenía idea, no me lo dijo y la sorpresa que me tenía terminó en tragedia con la batalla que se armó en el restaurante de un momento a otro y del cual me tomó fuera de lugar.
Me siento frustrado, me creo muy poderoso y al fin de cuentas no tengo la fuerza suficiente para proteger a la mujer que amo.
—No te castigues tan duro—es Ivo—yo tampoco lo hice.
—Es que de que nos sirve ser lo que somos, si no podemos proteger a la mujer de nuestras vidas.
—Lo se, hermano, pero es algo que no estaba en nuestras manos. Se que va a volver, solo está un poco perdida.
—Buscando que—me desespera.
—Ella misma posiblemente, su sangre ya no es la misma, solo deja que encuentre de nuevo el camino a casa, a nosotros, se que va a volver.
Entro a la iglesia, aquella que visitamos el día que vinimos a pedirle a los miembro