Marian se apuro para ir a dejar a las niñas en la escuela, las tres iban rápido para que no les fueran a dejar afuera, ya que antes de despedirse en la puerta de ellas y mirarlas entrar, acostumbraba aconsejarles y motivarlas.
¡Gely! ¡Ross! Pórtense bien en la escuela, hagan toda su tarea y no se pongan a platicar cuando la maestra les este explicando. ¿me entienden? – hablaba Marian –
¡Si mamita! – dijo Rossane –
¡Si mamá! yo entrego toda mi tarea – respondió Gely –
¡Mami! ¿Gely me va cuidar en el recreo? Es que hay una niñas muy grandes que pasan corriendo y me tiran. – preguntó Rossane –
¡Sí! ¡tu hermanita te cuidará! – respondió Marian mirando a Gely, con esa mirada que decía a la niña, lo vas hacer. –
¡Sí mamá! lo haré – dijo Gely –
Bueno, entonces aprendan mucho y nos vemos a la hora de la salida. – dándoles un beso se despidió Marian de sus hijas, mirándolas entrar a la escuela. –
¡Sí mamita! – dijeron las niñas al tiempo que entraban en la escuela –
En la casa:
¡Ya regresé ma