Capítulo XXXVIII...
Los días pasaron, Alvis cuidaba de madre e hija, mientras que Estefanía se limitaba a recuperar fuerzas, para así poder ir a su manada y marcharse con ellos a lo más profundo del bosque, lejos de Caín, lejos de Arthur, lejos de cualquiera que quiera hacerle daño a su ya roto corazón, así que mientras Estefanía sanaba de sus heridas; Alvis cuidaba de su hija, y la bebé parece muy cómoda con el híbrido.
-Dime algo bolita – mientras lleva a Mila cargada en su espalda – ¿crees que tu madre quiera volver con Alfa Caín?
La bebé solo duerme, pues apenas tiene pocos días de haber nacido, Alvis da una sonrisa porque apenas puede escuchar la suave respiración de Mila – sabes bolita…será una loba muy hermosa al crecer…
Cuando está por regresar a su cabaña, siente el olor de lobos foráneos, y deja los baldes con agua, y corre hacia la cabaña, al llegar ve lobos rodeando la cabaña – bolita por favor no hagas ruido
Alvis permanece escondido, rezando a la Diosa Luna que por favor Mila siga dormida,