POV: DAIMON
Toqué suavemente la punta de su nariz con el dedo índice. Ella se estremeció levemente, frunciendo la nariz y soltando una risita contenida.
— Tienes mi palabra, pequeña loba. — murmuré con seriedad. — Yo mismo te entrenaré.
Sus ojos brillaron. Me abrazó con fuerza, sus bracitos delgados rodeando mis piernas con un cariño genuino. Y luego salió corriendo, gritando a sus hermanos que ahora tendrían que obedecer sus reglas.
Airys permaneció donde estaba, con los brazos cruzados y una sonrisa ladeada en los labios carnosos. Observaba a los hijos con esa mirada boba, encantada, como si el caos infantil fuera poesía.
— Has hecho un trabajo increíble con ellos, sola. — dije con un tono grave, rudo y directo.
Ella giró el rostro