POV: DAIMON
El rugido que estalló de mi garganta hizo vibrar el suelo. Las rocas alrededor temblaron. La sangre aún fresca goteaba de mi cuerpo, de la mandíbula, de las manos, y nada más importaba, aparte de la criatura que había tocado a mi hembra.
No pensé. Avancé.
Cada paso era destrucción. Cualquiera que se interpusiera en el camino quedaba reducido a carne y hueso esparcidos sobre la nieve.
Y entonces lo agarré.
Raiker.
Clavé mis garras en su cuello, suspendiéndolo del suelo a pesar de la poca diferencia de tamaño. Los músculos de mi brazo saltaban por la fuerza de la presión. Su piel crujía entre mis dedos.
— ¡La tocaste! — bramé, la voz mezclada, la dualidad entre yo y Fenrir formando un tono gutural, animal. —