El Alfa se inclinó hacia adelante en su silla, evaluándola antes de continuar con una sonrisa sugestiva.
— ¿Quieres a tus aprendices de vuelta? - Insinuó.
Denver se acercó y se puso de pie junto a la silla de la anciana bruja, interviniendo con urgencia:
— ¿Todavía están vivas?
— Por poco tiempo - asintió el Alfa.
— Si eso es cierto, ¡necesitamos actuar de inmediato, mi señora! - Denver dirigió su mirada a la bruja, quien levantó las manos en señal de que debía callarse.
— ¿A qué precio? - Elara frunció el ceño al Alfa mientras él jugaba con mis dedos en su pierna, pellizcando uno por uno.
— Como sabes, mi Luna es una híbrida con magia ancestral… ¡Necesita un mentor que la guíe para controlar su magia y enseñar hechizos! - Levantó la cabeza, manteniendo sus ojos fijos en Elara.
— ¿Y qué más? - Ella reflexionó.
— Cuéntanos todo lo que saben sobre la leyenda de las gemelas y sobre la bruja oscura - Los ojos del Alfa se oscurecieron. — A cambio, estoy dispuesto a rescatar a tus aprendice