— Sophie… La leyenda no se detiene aquí. Conocemos solo una parte de la historia, y buscaremos respuestas sobre el resto.
Sin embargo, la duda persistía en mi mente.
— ¿Y si el resto de la historia es aún peor? ¿Y si soy la causa de varias muertes, la caída de tu manada… y de Conan? Me sentí sudar frío, sintiendo que la tensión en el aire se intensificaba. Él me atrajo en un abrazo protector, pero su impaciencia se transparentaba en un gruñido impaciente.
— Eres realmente lenta… — gruñó él. — Quien trae la guerra soy yo, Sophie. Soy el maldito, y no me importa esa carga.
Sus ojos brillaron, emanando una maldad palpable. Me liberé de sus brazos, evaluándolo con una mirada inquisitiva.
— ¿Por eso querías que fuera tu Luna? - Pregunté con un toque de amargura. — ¿Para cumplir la leyenda y desatar el caos y las guerras?
Apreté los puños, mi irritación evidente.
— No te quise como Luna. Te gané como mi destinada - rugió él, agarrando mi muñeca con firmeza y mirándome con severidad. — Si pi