Ibrahim se apeó del coche y pegó un portazo. Otro de los hombres, apostado a la entrada de la cueva le miró con curiosidad e hizo un gesto burlón cuando pasó a su lado y le vio las magulladuras en el rostro.
Daniel descendió del vehículo y abrió la puerta de atrás. El transformado tardó en ponerse en posición sentada y antes de poder salir, Ibrahim volvió a aparecer enfurecido y tiró de él arrastrándolo fuera del coche y haciéndole caer al suelo.
Daniel se interpuso, el gesto duro de Ibrahim le imponía pero hizo acopio de valor y le enfrentó la mirada. Ibrahim golpeó el techo del automóvil con rabia justo cuando Ezequiel salía a ver lo que sucedía.
—Ibrahim, basta.
El hombre se giró hacia Ezequiel tratando de contener la rabia que acumulaba.
—Era un puto Alfa.