C110- ¡SANGRE VASILAKIS!
Cuando Camille despertó, lo primero que sintió fue dolor en sus muñecas. Tenía la cabeza pesada, la visión borrosa y descubrió que estaba atada a una silla; las cuerdas apretaban sus brazos y tobillos.
―¿Dónde estoy…? ―murmuró con la garganta seca.
El cuarto era pequeño, con paredes desconchadas y un olor a humedad y cigarrillo rancio. El pánico la atravesó como una descarga eléctrica. Intentó moverse, pero las ataduras no cedieron.
Su respiración se aceleró, igual que su corazón cuando pensó en su bebé. Bajó la mirada instintivamente hacia su vientre, buscando algún sangrado o algo.
―Por favor, que esté bien.
Entonces lo recordó: los hombres entrando a su habitación, su intento de liberarse y luego… nada. El miedo le caló hasta los huesos.
¿Había sido él? ¿Era esto un castigo? ¿Sería capaz Stefan de algo así?
Entonces, un golpe seco en la puerta la hizo estremecerse, y el sonido de la cerradura girando la paralizó. La puerta se abrió, revelando a un hombre al