Quise levantarme de la cama, pero Aaron era muy fuerte y no me lo permite, intente apartarlo con mis piernas, poniendo mis manos en su pecho para empujarlo, pero me dio un fuerte bofetón como si me hubiera querido decir, que no podia resistirme, que cogia lo que deseaba y cuando él quería
— ¿Quieres saber lo que se siente en esa habitación prohibida?, te juro por mi hijo que ahora lo sabrás — me dijo cogiendo mis muñecas levantandome de la cama
— No quiero ir, suéltame, esa habitación es para tus putas y para ti, déjame Aaron — le grité intentando zafarme de su agarre.
Cuando abrió la puerta y salimos del dormitorio, vi que la niñera estaba en la puerta del dormitorio de mi hijo mirándonos
— Perdón, pero he escuchado gritos y quería saber si necesitan ayuda — nos dijo
— Vuelve adentro, no pasa nada — contestó Aaron mientras me arrastraba con el
Abrió la primera puerta, bajamos los cuatro escalones, abriendo la otra puerta tirandome mi marido a la cama que había dentro, gire mi cuerpo