Aaron un día me sorprendió diciéndome que íbamos a hacer un viaje, ya que no tuvimos luna de miel, esa era la mejor ocasión para hacerlo, sintiéndome llena de felicidad por el regalo que me estaba haciendo, aunque no quiso decirme a donde íbamos exactamente. La noche anterior Sofia me ayudó a hacer el equipaje, dejándolo mi esposo en el coche preparado para el dia siguiente, para que después de desayunar nos marcharnos hacia el aeropuerto
Yo estaba duchandome esa noche, cuando sentí las manos de mi esposo acariciando todo mi cuerpo, besando mis hombros, mi cuello, acariciando cada uno de mis pezones, mientras me hacía gemir.
— Mañana a estas horas, estaremos los dos desnudos tumbados en nuestra habitación del hotel, disfrutando de una merecida luna de miel — me susurro en el oído
— ¿Dónde me llevará mi amo? .--- pregunte
— Será toda una sorpresa para mi sumisa, se que te gustara — me dijo
Después de hacer el amor en la ducha, Aaron seco con suavidad mi cuerpo y mi pelo, tumbandonos lo