Narra Mía
—Con ellos nunca se sabe, pero si es normal en este caso, solo háblales—con la protesta que hicieron supongo que sí es normal, toda la respuesta se la doy sin mirarlo.
Lo escucho atenta a todo lo que les cuenta, que los extraña, que los quiere, que no puede vivir sin ellos, la conexión que tengo con mis hijos me permite saber que están bien y en estos momentos están más que bien, supongo que podría decir que están felices, su mano se mueve por todo mi barriga y ellos buscan su calor, está dicho mis hijos con unos pequeños traidores.
Al fin logro respirar bien y relajarme cuando la puerta se abre de golpe y entra el pulgoso, se queda mirándonos cuando ve a Motka sentado a mi lado con su mano en mi barriga y mi mano sobre la de él, hago una mueca. Sobra decir que esto no lo va a dejar pasar.
—Vaya, estoy sorprendido por tu nivel de diplomacia—está clara su burla.
—No me jodas pulgoso—sonríe, esa sonría que me dice que esto es para largo ya le di material para joderme por todo