Cap. 48: Enzo celoso, egoísta y posesivo
La mañana siguiente inició muy temprano para Enzo, quien ya llevaba una hora haciendo ejercicio cuando los primeros rayos del sol entraron por las altas ventanas de su gimnasio, luego de prepararse emprendió camino a su empresa.
Llevaba un nuevo propósito en mente, trabajaría desde muy temprano en su propia empresa y después del mediodía se dedicaría a la empresa Villalba, para ocuparse en las noches de los casinos y demás negocios entre los cuales contaba financiamiento a clubes, bares y afines; transporte de mercancía que algunas veces era de dudosa procedencia y apuestas clandestinas en varios deportes.
Estos últimos constituían su actividad clandestina, en la que algunas veces tenía que usar la fuerza para que los deudores cumplieran con los pagos; para proteger los camiones que utilizaba o para hacer respetar los resultados de las apuestas; dirigía una gran organización a puertas cerradas y gracias a sus puños, acompañados algunas veces de una que otra bala, tenía muy bien ganada