Cuando regresamos a su casa, abrió la puerta del coche para que yo bajara, cogiendo esta vez mi mano, llevándome con él hacia el interior de la casa, cruzandonos en ese momento con Marga. — Adrian ha venido un señor, preguntando si estaba Elizabet aquí, creo que era algún hombre que esta a servicio del esposo de Elizabeth — nos dijo— Esta bien Marga gracias, ahora los llamo — contestó élSin soltar mi mano, me llevó con él entrando los dos en el dormitorio cerrando la puerta Adrian— Es peligroso que me quede mas tiempo en tu casa, seria mejor que me marche Adrian – le dijeAdrian dio dos grandes zancadas, poniendose enfrente de mí, rozando casi nuestros labios, poniendo una de sus manos en mi cuello acariciándome.el pelo y mi labio inferior—- Tranquila ya lo tenia calculado todo — me dijo lamiendo despues mis labios, haciendome sentir una especie de corriente por mi espalda hasta mi sexo— Te deseo Adrian — le susurre en el oído, intentando acariciar su mejilla, pero me cogió la m
Nos duchamos los dos y en el dormitorio volvimos a vestirnos para ir al comedor, ya que se hacía la hora en que Adrian tenía que ir a recoger a Silvia al colegio teniendo que quedarme yo en la casa, por orden de él. Nada más entrar la pequeña en la casa cuando ya regresaron, escuche las risas y el hablar de la pequeña haciéndome sonreír, ya que la quería mucho y estaba deseando verla. Entró en el comedor con su padre, quedándose por un momento en la puerta mirandome, echando a mis brazos segundos después abrazandonos las dos— Mama, has vuelto a casa — me dijo, mientras venia corriendo hacia mis brazos— Claro que si mi amor, deseaba verte y saber como esta mi pequeña, — le respondi dandole besos— Bueno Silvia, deja tus cosas en tu dormitorio y ves a la cocina a merendar — le dijo su padre— Puede acompañarme Elizabeth, papi por favor — le dijo la peque— No, aquí hay unas reglas Silvia, haz lo que te he dicho, luego podréis estar las dos juntas — contesto Adrian muy serioCuando Sil
Estar en esa posición hace que los latidos de mi corazón vayan tan deprisa que parece que se me va a salir de mi pecho. —- ¿Qué tal esta mi zorrita? — me susurro en el oído— David, piensa bien lo que vas a hacer — me enfrente— Eres mi esposa y por tanto me perteneces, después de esto firmaras todo lo que te ponga delante — me dijo riendo—- Nunca te daré la empresa que mi padre me ha cedido — respondí furiosa—- Entonces tampoco querrás ver nunca a tu amante y a su niñita, cariño tu me das lo que yo quiero y yo te libero para que puedas ser la puta con ese hombre ¿que te parece el cambio? — me respondió—- Los dos sabemos que nunca me dejaras libre David — conteste muy enfadadaSe que David no me puede ver mi cara, pero sí que puede sentir lo furiosa que estoy con él. Estoy segura de que me va a hacer pasar por una experiencia que me dejara marcada, pero si con eso consigo mi libertad, estoy dispuesta a soportar cualquier dolor que me quiera infringir— ¿Preparada para disfrutar qu
Una vez vestida, me marché de la casa cruzandome en el camino con Adrian, parando su coche a mi lado, bajando el, para acercarse a mi— ¿Te marchas? — me pregunto— No y ahora no tengo tiempo de dar explicaciones Adrian, tengo prisa — le dije sin dejar de andar— Sube al coche, te llevo a donde vayas — me dijoSubimos los dos al coche arrancando el para ir al hospital donde estaba mi padre y Marta, una vez que entramos los dos al hall, eche a correr hacia Marta que estaba sentada en una silla, abrazandonos las dos, estando Adrian a nuestro lado— Vaya, vaya, la desaparecida ha vuelto — escuche la voz de Carlos—- ¿Que le has hecho a mi padre cabrón? — grite, acercandome a el, pegando en su pecho con mis puños— Nada, solamente estabas avisada, pero no te preocupes que de esta saldrá el viejo, al menos que no vuelvas conmigo — me dijo Carlos— Dejala en paz, ella no te pertenece — le dijo Adrian cogiendo a Carlos de la camisa—- Has roto tu palabra Carlos, de no hacerle nada a mi padre
La limusina paró en la misma pista fijándome en cómo la pequeña Silvia estaba al final de las escaleras del jet de Adrian, sonriendo y saludándome con su mano mientras me gritaba Mami. Subí corriendo las escaleras, cogiéndola en brazos entrando las dos dentro para sentarnos ya que estabamos a punto de despegar— ¿A dónde vamos?¿Ya me lo puedes decir? – pregunte a Adrian— Ya lo veras cuando aterricemos, no seas impaciente — me respondióEl avión aterrizó y al bajar los tres, Silvia se fue corriendo hacia donde había un todoterreno aparcado, esperando el chofer al lado con la puerta abierta, subiendo la pequeña muy alegre.— ¿Nos vamos? estarás cansada, — me dijo Adrian, poniendo su mano en mi espaldaNada más aparcar el coche y abrir la puerta el chofer, mi pequeña bajó corriendo entrando en la casa que teníamos enfrente, sin dejar de sonreír poniendo sus manitas en su boca de lo sorprendida que estaba al ver aquella casa tan grande y justo al lado había una playa de arenas blancas y
Esa noche, Adrian me hizo suya dos veces más a la fuerza, quedando sin fuerzas sintiendo solamente unas grandes nauseas ya que no fui suya de una manera tranquila si no que parecía que ya no nos íbamos a ver nunca más, doliendo todo mi cuerpo cuando terminó todo. Al día siguiente cuando me desperté lo pude ver con un codo apoyado a la almohada mirandome mientras me sonreia—- ¿Por qué lo de anoche? ¿por qué te compras así conmigo? dejame ir puedes tener a la mujer que desees — le dije— Te deseo solo a ti y tu me perteneces, pague mucho dinero por tenerte conmigo y en mi cama así que ahora no tengo porque responder a tus preguntas — me dijo—- Si tanto me odias ¿que pasara con el bebe cuando nazca? se que tienes mucho dinero, pero yo soy empresaria y también puedo luchar contra ti por mi hijo — le dije, escuchando sus carcajadas— ¿TU? no eres nada sin mi, ese bebe se quedara conmigo y tu volveras con tu mafioso esposo, es lo que te mereces ser la puta de un narcotraficante, aprende u
Ya estabamos la pequeña y yo cansadas, cuando decidimos volver a la casa. Al entrar Adrian estaba sentado en la terraza con un vaso de Whisky en su mano y la botella encima de la mesa que había enfrente de él. — Papi ¿porque te has ido? nos lo hemos pasado muy bien mi mami y yo en la playa — le dijo su hija— Me alegro peque, Elizabeth bañala y luego ven aquí – me dijo Adrian— Vamos pitufa, acompañame a tu dormitorio para bañarte — le dije cogiendonos las dos de la manoDespués de bañar a la pequeña, peinarla y vestirla nos fuimos hacia el salón quedando ella sentada en el sofá viendo sus dibujos preferidos mientras yo me acercaba a la terraza donde estaba Adrian bebiendo su whisky— Quiero ducharme, ¿para que le necesitas? — pregunte—- Siéntate encima de mi mirandome a la cara —- me dijo— Adrian la niña está en el salon y no lo voy a hacer — le respondí—- ¿Desde cuándo te da vergüenza que te vean desnuda? por eso ese tipo se habra acercado a ti, seguro que te ha visto las tetas
No podía creerme lo que le estaba escuchando decir a Adrian de nuestro bebe, pero tampoco estaba dispuesta a que una mujer que odiaba a los niños y un hombre que no sabía defender a su propia hija de los malos tratos de su prometida criara a mi hijo. Me acerque a la puerta del dormitorio para marcharme cogiéndome la pequeña Silvia mi cuello con sus brazos para que la cogiera Nos fuimos las dos hacia el dormitorio de la pequeña, busque ropa que ponerme para poder salir al salón ya que mi niña quería seguir viendo sus dibujos. A la hora de comer, me fui a la cocina para ver que había ya que Silvia y yo teníamos hambre, estaba mirando en el frigorífico cuando sentí la presencia de Adrian detrás de mí cerrando la puerta del frigorífico—- Nos vamos Gloria y yo a comer fuera, cuando vuelva te quiero ver a solas tenemos que hablar tu y yo — me dijo—- No tenemos nada de que hablar, mañana me marcho con tu hija, regresaremos a la ciudad, espero que lo paseis muy bien esa puta y tu, pero a m