Nada más entrar Adrian en el despacho, me levanté de la silla fijandome en que él, quería separarse de esa mujer, pero ella parecía una serpiente o un pulpo mejor, ya que sus manos y brazos no dejaban de recorrer el cuerpo de él, hasta que Adrian pudo separarse de ella, acercandose a mi viendo una sonrisa pícara en sus labios
— Hola me llamo Adrian Sullivan, encantado — me dijo estirando su brazo para darme la mano
— Elizabeth Makcenci, espero ser la niñera de su hija — respondí
— Gloria mi amor ¿ ya has decidido sobre esta señorita?¿Será la niñera de mi hija? — preguntó él
— Si cariño, parece que tiene las cosas claras, creo que será buena para educar a esa mocosa — dijo ella con cierto sarcasmo
— Pues nada, me alegra, ahora por favor la acompañara al dormitorio de mi pequeña, mi ama de llaves — me dijo Adrian
— Les agradezco esta oportunidad, si me permiten, tengo que ir a mi coche para coger mi equipaje — les comente
— Si claro, la acompañó Elizabeth – me dijo él, fijandome en lo