37. Amenazas claras.
POV Alec.
Emilia lleva mi paciencia al límite.
Siempre con lo mismo… el divorcio, el rechazo, ese muro que levanta cada vez que me acerco. Y yo, mientras tanto, lo único que quiero es poner el maldito mundo a sus pies.
Ahora está lo de Pamela. Su secuestro me tiene cabreado, con la sangre hirviendo, sintiendo que reviento por dentro. Le pido a Dios que no le pase nada… porque si algo le sucede, sé que mi princesa Mérida no me lo perdonaría jamás.
Las paredes de la casa de Emilia fueron pintadas con jeroglíficos árabes. Imágenes de mujeres apedreadas por adulterio. Sus muebles, destrozados. Su ropa, desgarrada hasta quedar en jirones.
Amenazas claras. Viscerales. Le advierten que será sacrificada como una ramera.
No sé de dónde vienen… y eso me carcome por dentro. Me araña los pensamientos. Porque quien lo hizo, no solo quiere asustarla… quiere marcarla. Destrozarla. Borrar cada parte de ella que brilla.
No sé si viene de Ameth, faltando a su palabra… del Concejo, que todavía me