Mundo ficciónIniciar sesiónEl despertar de Diego fue un proceso gradual que parecía estar sucediendo en capas superpuestas de consciencia. Primero llegó el dolor, un dolor que pulsaba a través de su cuerpo con la regularidad de un reloj que marcaba tiempo en unidades de agonía pura. Después llegó la luz, una luz blanca e intensa que parecía estar atravesando sus párpados cerrados como agujas de claridad quirúrgica. Finalmente llegó el sonido, un sonido de máquinas que respiraban con ritmo mecánico, monitoreando su vida en gráficos que traducían su existencia a números digitales.
Diego abrió los ojos lentamente, como si temiera que la realidad exterior fuera más dolorosa que la oscuridad interior donde había estado suspendido. La habitación era clínica en su precisión, con paredes blancas que parecían absorber todo color y devolverlo como vacío estéril. No había ve







