CAPÍTULO 23. Una duda
CAPÍTULO 23. Una duda
Tenía los ojos cerrados, pero eso no significaba en ninguna medida que Serena estuviera dormida o fuera sorda. Cada palabra que salía de la boca de Grayson, a pesar de que la esperaba, era como si el lazo alrededor de su garganta se apretara aún más. Se notaba que él tenía una relación estrecha con su hermana, y Anabelle Huxley no dejaría de odiarla nunca, así que tampoco permitiría que él dejara de odiarla.
Aquella situación era imposible, pero mientras estuviera lastimada y atada a una cama, Serena tenía que aguantarse y esperar, esperar y hacer lo que fuera necesario para sobrevivir.
Debían ser quizás las diez de la mañana cuando Karina se asomó a la puerta de la habitación y trató de disimular la mala cara con que evidentemente miraba a Grayson.
—Yo puedo quedarme a partir de ahora —le dijo mientras Serena abría los ojos, y el hombre asintió.
—Está bien, te agradezco que te quedes.
—No me lo agradezca, es mi mejor amiga —gruñó Karina cruzando los brazos con m