Preocupados de que los dos pudieran tener algún problema en el camino, Andrea y Vicente manejaron para llevar a Nora y Manolo a casa.

Luego los dos se dirigieron hacia casa de los Castro.

Cuando llegaron a casa, ya eran más de las diez de la noche.

Tomás ya estaba descansando, pero Diana seguía sentada en la sala viendo su teléfono mientras esperaba a los dos.

Al verlos regresar, inmediatamente se acercó con el teléfono en la mano.

—¡Ey, por fin regresaron ustedes dos!

—Señora, ¿por qué no se ha ido a descansar? ¿Acaso los molestamos?

Diana negó con la cabeza:

—No, es que acabo de terminar de ver una transmisión en vivo.

Diciendo esto, Diana les mostró el teléfono, donde estaba reproduciendo la repetición de la transmisión en vivo de Nora de hace rato.

—Esta chica, ¿es abogada de su empresa?

Al parecer el impacto de estos eventos realmente no era pequeño. Hasta ella se había topado con esto.

Andrea asintió:

—Mamá, por favor no creas las tonterías que dice la gente en internet. Nora es