Luego de un inicio desconcertante, Buchannon fue equilibrando el temple, la calma, se atrevió a responder mis pelotazos y pudo recuperar el terreno perdido. De la incertidumbre inicial pasó a atacar y logró remontar mi ventaja inicial. Ella también tenía buena pegada, como me dijo Ashley, y sus pelotazos me doblaban la raqueta y también aprovechaba los globos cuando yo me acercaba demasiado a la red.
El primer set lo gané en tie break 7-5. Fue un episodio muy peleado, encarnizado y ella no se dejó intimidar ni vapulear por mis martillazos, sin embargo logré sumar puntos aprovechando su lentitud. No reaccionaba a los tiros largos y le dificultaba mucho responder a mis potentes reveses.
Su entrenador era muy enérgico. Hacía muchos ademanes, parecía dibujar el partido con sus manos y ella obedecía. El tipo parecía adivinar mis jugadas y le hacía todo tipo de muecas que ella asimilaba y aplicaba, a rajatabla en la cancha.
Buchannon supo que mi talón de Aquiles era la red y las emboquil