Capítulo 26. Dolor.
La puerta se abre y soy recibida por la sonrisa más genuina que jamás haya presenciado. El tío Daniel me abraza con entusiasmo y no puedo evitar devolver el gesto.
- Hola, linda.
- Hola, tío.
El tío Daniel cierra la puerta una vez que ambos nos encontramos en el interior de su hogar y juntos caminamos hasta el patio trasero, donde encuentro a papá junto a una gran parrilla asando chuletas de cerdo.
Papá camina en mi dirección en el momento en que ingreso en su campo de visión y es el tío Daniel quien lo reemplaza en la parrilla cuidando que la carne no se queme.
- ¡Ayzel!
Papá me abraza envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello, mientras que procedo a hacer lo mismo con los míos alrededor de su cintura.
- Hola, papá.
Papá parece querer decir algo, sin embargo, la voz de mi tío lo interrumpe.
- Chris, ven. Alguien tiene que preparar las hamburguesas mientras cuido de las chuletas.
Papá se dirige a la mesa que se halla junto a la parrilla y em