Juega con nosotros
Juega con nosotros
Por: desartre
Haciendo memoria

La cara que tengo en este momento sé que puede ser molesta para algunos que no soportan la felicidad del otro mientras camino como sonámbula de vuelta a casa, sin embargo, no quepo en mi ropa desgarbada de la dicha. Pienso, en que muchas veces flipamos con fantasías y sueños locos, y nunca se nos pasa por la cabeza que alguna vez se harán una realidad. Parecen solo un sueño inocente, y que dentro de tu cabeza y libre pensamiento no piensas que le estás haciendo daño a nadie. Quizá somos muy egoístas al sentirnos así; aunque, lo que más queremos es vivir, vivir y disfrutar a tope nuestro mejor momento.

Mi mejor momento...

Suspiro hondo con el orgulloso recuerdo que siempre me hace sonreír, porque fue en ese momento tope de mi vida cuándo decidí lo que quería ser para mi futuro. También, fue cuando se me hizo más difícil creer, que podría realizarlos.

Con tan solo doce años, y muy poca experiencia en medio de todos esos adultos fui la afortunada. Él me escogió a mí, y solo a mí para que le entrevistara y escribiera el artículo que todos esperaban para aclarar muuuchas de las dudas que había respecto sobre como llevaba su vida. Todos mis compañeros del colegio se rieron de mí, no podían creer que en serio hubiera logrado tanto; y luego se enojaron cuando descubrieron que no mentía. Ninguno de ellos me aplaudió, tampoco lo esperaba; sin embargo, él, quien me eligió fue el único que me aplaudió y me sonrió. A mí, a la pequeña nerd de trenzas y con sus extravagantes gafas.

Siempre fui muy buena en literatura y mi redacción, no me vanaglorio; pero es impecable, tanto que fue mi profesor quien me puso como redactora de la sección de deportes del periódico estudiantil. Bueno, deportes era la única vacante. Aun así, me esforcé mucho, y desde ese entonces mi profesor alabó todos mis escritos. Y fue debido a eso, a mi persistencia y ganas de aprender como terminé en la rueda de prensa del jugador en ascenso y el galán del momento. Eliot Maddux.

El jugador más joven en firmar un contrato con uno de los mejores equipos de fútbol americano. Él, rechazó a todos los medios, y me escogió. Después entendí que era una especie de estrategia porque yo era una niña talentosa y huérfana que vivía con su abuelita de ochenta años, casi estirando la pata debido a la artritis reumática que no se le quitaba; y eso le daba cierto aire de compasión por los necesitados; pero no me importó, fue la mejor tarde que pudo tener una niña de doce años, con lentes y trenzas hechas por esa abuelita ―que en paz descanse―, para esa ocasión.

¡El mejor momento de mi vida!

Suspiro, por qué luego que se evaporó mi cuarto de hora de fama. La escuela se volvió un completo infierno. Y uno al que milagrosamente pude sobrevivir.

Después que murió mi abuela quedé legalmente huérfana, fui enviada con una familia de acogida. La familia Sinclair, quienes me recibieron y me hicieron parte de su familia de forma permanente. También tuve la ayuda de un benefactor invisible, porque nunca supe de quien se trataba ya que lo hizo de forma anónima. Y aun todavía no sé quién es. Todo ese tiempo me dediqué a sacar mi vida y mi carrera adelante...

Sin embargo, luego de todo eso no pude evitar interesarme por el jugador y seguí su carrera hasta que por una lesión ―que aún es un misterio de como sucedió―, se retiró del fútbol y se dedicó a los negocios, no necesariamente familiares, sino a crear su propio emporio de materiales deportivos llamado M&F Sport.

Hoy de él, solo sé que el hombre de los rumores sigue a su lado aumentándolos aún más, y que tuvo éxito en su gran apuesta de negocio que comparte obviamente con él. Lo que los convirtió en millonarios empresarios en ascenso, algo que no pudo detener ninguno de esos rumores. Sin embargo, Eliot es quien siempre está al frente, pero que haya triunfado de esa forma hace que sea imposible que algún día vuelva a toparme con él...

Han sido nueve largos años desde el día de esa dichosa entrevista... Él, ahora es un apuesto y rico millonario y yo una pasante como correctora de textos de la sección de deportes de una importante revista. Y no me puedo quejar.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo