“Rafael”
Partí una rebanada generosa del pastel y la puse en un plato. Ellas me observaban sonrientes y dándose codazos. Dividí aquella rebanada en dos partes iguales y las transferí a otros dos platos. Puse un pequeño tenedor en cada uno y se los presenté a Giovana y a Hana.
—La primera rebanada es para ustedes dos, porque las amo a las dos, de formas diferentes, pero ambas ocupan por igual mi corazón y nunca voy a poder elegir entre ustedes. Así que, aprendan a compartir.
Ellas se miraron, tomaron los platitos sonriendo y pasaron sus brazos por mi cuello, una de cada lado, dándome un beso en la mejilla.
—¡Sabía que lo lograrías! —bromeó Hana—. Pero no me habría importado si le dabas la primera rebanada a ella.
—¡Yo tampoco me habría importado si le dabas la primera rebanada a mi **BFF**! —Giovana sonrió—. Pero ahora es la nueva tradición: siempre divide la primera rebanada entre tu novia y tus hijos y corta rebanadas grandes.
—¡Qué abusiva! Tu cumpleaños ya se acerca, es mejor