"Rafael"
Entré a casa y escuché los gritos. Particularmente me gustó escuchar a Anderson siendo firme con Giovana. En otras situaciones me habría molestado que alguien fuera áspero con mi hija, pero con lo que pasó pensé que estaba siendo hasta muy comedido.
Pero las cosas se estaban poniendo peores y no me estaba gustando. Lo que Giovana le hizo a su madre era inadmisible. Cuando miré desde el pasillo hacia la puerta del cuarto, Anderson estaba de pie observando a Giovana juntar los pedazos de vidrio. Pensé que era mejor esperar a que terminara antes de acercarme, porque Anderson tenía razón, tenía que limpiar el desastre. Cuando terminó empujó el balde y los demás utensilios hacia él.
—Muy bien, niña. Así es como hace un adulto, se hace cargo de las consecuencias de sus propios actos. —Anderson habló y ella gruñó como un animal y pataleó.
—¡Ahora quítate de mi camino! —Exigió.
—Lamento, tú no eres el adulto que paga mi salario, entonces no sigo tus órdenes. Y tu madre aún no ha