"Hana"
Rafael puso todas las bolsas de ropa dentro de la caja de su camioneta negra, que era toda negra, y combinaba mucho con su manera medio misteriosa y casi de chico malo. Cuando terminó de poner las bolsas abrió la puerta del copiloto para mí y me ayudó a subir.
—¡Esta faldita de este vestido me va a volver loco, mi loquita! —habló mientras jalaba el cinturón para asegurarme y después pasó la mano por mi pierna, subiendo hasta mis calzones—. Tal vez no sea en la playa, mi loquita, ya me estoy fantaseando contigo en mi carro. —habló en mi oído y me mordisqueó la oreja y cuando se alejó refunfuñé sintiendo su falta.
Ese hombre me estaba dejando totalmente necesitada y caliente, era solo tocarme y ya quería quitarle la ropa. Pero era hermoso y sabía bien qué hacer con una mujer. Pero no era solo un hombre hermoso, buenísimo, bueno en la cama y que parecía peligroso, tenía otro lado que estaba empezando a percibir, era un padre preocupado, un jefe al que sus empleados querían y no