"Hana"
Desperté al día siguiente en la cama de Rafael, pero esta vez él no estaba ahí a mi lado, me pareció extraño, era la primera vez que despertaba sola habiendo dormido con él. Fui al baño y me miré en el espejo, mis ojos estaban brillantes y mi maquillaje corrido, porque no dio tiempo de quitarme el maquillaje la noche anterior y cuando tuve tiempo ya estaba en un estado de semiconsciencia. Me aseé rápidamente, me puse su camisa que estaba tirada sobre el banco a los pies de la cama y fui a buscarlo.
Pero antes de que saliera del pasillo hacia la sala escuché el golpe y su voz áspera, lo que me asustó mucho.
—¡Joder, Giovana! ¡Te avisé, niña! —habló alto, su voz goteando rabia. Nunca lo había visto así y por lo que pude ver, el golpe que había escuchado fue un puñetazo que dio sobre la mesa que hizo saltar los adornos—. Escucha bien, Giovana, ¡no admito esto! ¡Cállate y escucha! ¡No juegas conmigo, niña! —hizo una breve pausa y, con la voz llena de rabia habló aún más alto—. Te