"Rafael"
Como dijo Hana, no necesitaba contarme los detalles, era capaz de imaginar todo el horror que había vivido, aún tan joven, descubriendo la vida, cayó directo en las garras de un monstruo. Pero su dolor era algo tan fuerte que irradiaba y mirarla en ese momento me hacía sentir dolor también, porque las manifestaciones físicas de todo lo que sentía, de esos recuerdos amargos, eran demasiado intensas.
Pensé en mi hija, en cómo estaba expuesta a las maldades del mundo y en cómo no podría hacer más que orientarla y estar atento, porque al final la elección de cómo vivir era suya. Pero mirando a Hana tan frágil frente a mí, tuve mucho miedo, miedo por ella y miedo por mi hija, que andaba algo rebelde últimamente y eso era un atractivo para que los monstruos se acercaran, porque la rebeldía para alejarse de los padres llevaba a los hijos a bailar con el peligro solo para probar que podían hacer sus propias decisiones. Pero mi mayor miedo era no lograr proteger a ninguna de las dos,