"Hana"
Tuve una mañana de cumpleaños perfecta con mi psicogato. Me llevó de vuelta a la cama y me dio un buenos días más que delicioso y solo salimos de la cama porque sonó el interfono.
—¿Puedes atender la puerta, mi loca? Es el mensajero del edificio. —pidió Rafael y ya desconfié de aquello, él nunca pedía que ninguna de nosotras abriera la puerta, él mismo salía de donde estuviera y atendía.
—¿Mandaste a entregar algo para mí? —entrecerré los ojos y él sonrió.
—¡No arruines la sorpresa! —respondió y me vestí rápido y fui hasta la puerta.
El mensajero del edificio me entregó un arreglo enorme de rosas rojas. Saqué la tarjeta del sobre y sonreí con lo que estaba escrito ahí: "Que sigamos eligiéndonos todos los días. ¡Feliz cumpleaños, mi flor!"
Cuando me volteé él me estaba observando, puse el arreglo sobre la mesita de la sala, salí corriendo y salté a su cuello, llenando su cara de besos.
—¡Te amo! ¡Mucho! —hablaba entre los besos.
—Mi flor, yo también te amo y estoy muy fel