"Raíssa"
Fue bueno salir un poco, recordarme que soy una mujer adulta y no solo madre. ¡Y cómo me lo recordó Boris! Pero hoy tenía que hacer algo que había evitado lo máximo posible, algo que si pudiera seguiría evitando, visitar a mi mamá, porque daría un escándalo cuando se enterara de que estábamos de vuelta. Y mira que eso era todo lo que ella sabría, que estábamos de vuelta, los detalles Rubia y yo no los contaríamos. Ya sería complicado explicar que teníamos novios y eso tendríamos que explicarlo, porque ninguno de los dos renunció a acompañarnos.
— Vamos, hermana, somos mujeres adultas, bien resueltas, valientes, empoderadas y podemos enfrentar a doña Arlete. — habló Rubia, pero me sentía como una niñita que había roto la porcelana preferida de mamá otra vez.
— ¿No podemos seguir fingiendo que estamos en otro país? — me giré hacia Rubia, quien miraba fijamente la casa de paredes blancas.
— Hermana, eso es mucha locura hasta para mí. Vamos a enfrentar a la fiera. ¿Qué puede h