"Rafael"
Después de la diversión con el noviazgo juvenil en la sala, Rubens acompañó a Giovana al cuarto y yo me senté en la sala y Hana y Rubia fueron a hacer el almuerzo. Cuando terminaron, vinieron a sentarse conmigo por un momento.
—Psicogato, ¿no crees que ya es hora de empezar a aflojar ese castigo de Giovana? —Hana me sugirió y yo reí.
—Creo que va a odiar que afloje ese castigo, mi loca. —Respondí, sabiendo que mi hija estaba gustando mucho de tener al guapito cerca.
—Va a odiarlo. —Rubia estuvo de acuerdo. —Yo lo odiaría. Pero está mucho mejor, Rafa, me arriesgo a decir que ya volvió a la normalidad.
—Es lo que parece chicas, pero me preocupa no es ella, es lo que puede estar detrás de ella. —Respondí y me miraron curiosas. —Ese perfil de internet, no sabemos nada y... no sé... siento que necesito vigilarla, evitar que si él, sea quien sea, se acerca, consiga convencerla de nuevo. Solo que no puedo vigilarla veinticuatro horas al día, pero el guapito sí puede.
—Pero esa