"Fernando"
Pensé que lo peor de mi día había sido el ataque de rabia de mi asistente contra mi vecino. Hasta habría sido divertido ver a los dos discutiendo, si yo no fuera su jefe y él no estuviera en el hospital acompañando a su hija. Pero entonces sonó mi celular y era Enzo, recordé las advertencias que me había dado la última vez que me llamó y esperaba mucho no tener que ir hasta Lince Mundi para alejar a los más atrevidos de cerca de mi novia.
—Enzo, por favor, dame buenas noticias porque hoy mi día está terrible. —Ya contesté el teléfono suplicando por algo bueno.
—¡Ay! Lo siento, Nando. Pero necesito avisarte de algo que vi y no me gustó. —Avisó y me estremecí.
—¿Qué pasó? ¿Necesito ir hasta allá? —Quise saber ya poniéndome de pie.
—No, Melissa ya está yendo hacia ti. Resulta que estábamos almorzando y ese tal Domani de la farmacéutica nos abordó, quería hablar con Mel.
—¿La dejaste sola con él? —Me preocupé.
—Mi tío y yo estábamos con ella, nos quedamos en la puerta del