"Melissa"
Estaba muy orgullosa de Fernando, mantuvo su palabra y sus principios. Admiraba eso, pero todavía no había digerido a esa lagartona y si se aparecía en mi camino otra vez le enseñaría una leccioncita. Acababa de lavarme los dientes cuando sonó el timbre.
—¿Otra vez? Mañana agitada, ¿quién será? —Me dije a mí misma y fui hacia la puerta, resoplando cuando miré por la mirilla. Abrí la puerta y encaré a ese hombre.
—Melissa, discúlpame, pero me gustaría intercambiar unas palabritas contigo. —Sonrió, tratando de ser simpático, pero no me cayó bien.
—Entre, Sr. Domani. —Le di paso al hombre—. No sé qué puede tener que hablar conmigo.
—Vamos, lo sabes. Fernando, querida. —Sonrió y cerré la puerta desinteresada—. Melissa, tal vez la situación de Fernando en la farmacéutica haya sido mal evaluada.
—Mal evaluada. —Me reí—. En realidad fue desvalorizado, tratado como un utensilio desechable.
—Eso no habría pasado si hubiera llegado a mí quién es él realmente. —Habló como si eso