"Ricardo"
Cuando salí de casa esta mañana, planeaba llamar a Anabel y coordinar algo, salir, conversar un poco y después llevarla a mi casa, si ella aún quería. Pero mi día fue una locura y no logré llamarla. Pensé en hacerlo cuando salí de la oficina, pero su ropa interior parecía quemar en mi bolsillo, entonces decidí ir directo a su casa.
Soborné al portero sin el menor pudor, pues no quería que ella tuviera la oportunidad de escaparse de mí, como escapó la noche anterior. Entonces toqué el timbre y resolví hacerle una broma, girando su ropa interior en mi dedo, para relajar un poco el ambiente.
Pero esa mujer sabía sorprenderme y no perdió tiempo, saltó sobre mí con una determinación que me pareció irresistible. ¡Fue sorprendente! No quedó duda, ella quería aquello tanto como yo, y no estaba dispuesta a esperar más. Me atrapó en esa puerta, pero yo necesitaba más, sentirla más. Entonces la llevé a la cama.
Me quité el saco y lo tiré a cualquier lugar, solo necesitaba quitármelo