"Leonel Lancaster"
Donaldo perdió el juicio si creía que podría enfrentarme así. ¡Ese mocoso! ¿Ya no era suficiente que Anabel me causara tantos problemas? Ahora el hermanito decidió hacerse el protector. Estaba de pésimo humor, ese video había vuelto a la superficie y dejó a Irina destrozada, una mujer tan distinguida como ella, teniendo que bajar la cabeza por esa humillación que Anabel nos causó, era un absurdo.
Necesitaba volver a casa y ver cómo estaba. Cuando salí esta mañana estaba llorando y nerviosa, destrozada porque no podría ir al club, pues sería blanco de comentarios maliciosos. Y la pobrecita de Ilana, una buena chica que corría el riesgo de quedar mal hablada por culpa de Anabel. Ah, pero cuando le pusiera las manos encima a Anabel ya vería, esta vez no tendría clemencia.
Salí de la oficina y me fui a casa, llegaría a tiempo de almorzar con Irina e Ilana. Eso era, iría a casa y pasaría el resto del día con ellas, tal vez pudiéramos organizar un viaje en cuanto despac