"Anabel"
Mi hermano no parecía muy dispuesto a ceder, lo conocía, cuando se le metía algo en la cabeza difícilmente desistía. Estaba listo para contra argumentar conmigo, pero Rick intervino antes de que Donaldo hablara.
—Ella tiene razón, Don. Pasarle esas acciones es como ponerle una diana con un letrero luminoso en la espalda. —Rick me apoyó y me sentí agradecida.
—¿Pero entonces qué hacemos? ¿Dejamos que siga creyendo que manda en todo? —Donaldo estaba frustrado.
—¡En realidad él manda! —Suspiré. —Pero, no, yo te paso tres por ciento de mis acciones y tú lo sacas de la presidencia. —Propuse y él se levantó inmediatamente.
—¡De ninguna manera! —Rechazó sin ni siquiera oír.
—Esa es la solución. Tú estás listo para ser el presidente de esa empresa, yo no. Y si tú asumes él podrá ponerse tan furioso como quiera, pero no te va a tocar, porque es demasiado cobarde para meterse con alguien de su tamaño. Y yo quiero tomarme un tiempo de la empresa, hasta que se calme la cosa. ¡Lo nec