"Ricardo"
Era mañana de sábado finalmente y le dije que había programado un almuerzo con nuestros amigos, pero en realidad era el día que le propondría matrimonio. Cuando llegamos a la recepción, los otros ya estaban esperándonos, como si fuera solo otra mañana de sábado en el club.
—¿Dónde están los niños? —Ana preguntó mientras saludaba a todos ahí.
—Están con las niñeras, ¡porque nos vamos al spa! Nos merecemos un masaje. —Lisa respondió. —Chao, muchachos, pórtense bien.
Le di un beso a Ana y, mientras se alejaba, detuve a Melissa un minutito.
—Relájate, está todo bien. —Melissa sonrió.
—¿El club está vacío de verdad? —Pregunté.
—Solamente nosotros y los empleados. —Amplió la sonrisa por su gran logro.
—Loca, no sé cómo consigues estas cosas. —Me reí.
—Conozco a las personas correctas. —Me guiñó el ojo. —Prepárate, porque esto puede demorar.
—Está bien. Confío en ti. —Abracé a mi amiga y me volteé hacia los muchachos.
—Anda, Rick, Mel me pasó una lista de tareas, tenemos