"Anabel"
Era tan difícil que la vida fuera así, que los padres se equivocaran tanto con sus hijos al punto de dejar esas heridas gigantes abiertas. No sabía si podría perdonar a Leonel, lo más probable es que nunca pudiera. Pero tampoco sabía si podría creer en lo que me dijo. La única cosa de la que tenía certeza es que la vida de mis hijos sería diferente, estarían rodeados de amor y alegría.
Rick me llevó al sofá y se sentó conmigo, calmándome, consolándome. Pronto Sandra apareció con una taza de té e insistió en que la bebiera, diciendo que le haría mal al bebé que me pusiera tan nerviosa. Tomé el té y ella llevó la taza de vuelta a la cocina, dejándome a mí y a Rick solos otra vez.
—Calma, mi vida, no permitas que él te afecte tanto así. No es bueno para nuestro bebé y mucho menos para ti. —Rick me hablaba bajito y tenía razón.
Me enfoqué en mi bebé, en lo ansiosa que estaba por la consulta, en la alegría de tener una vida creciendo dentro de mí. Y me fui calmando, hasta que m