"Patricio"
Lisandra estuvo tan extraña durante el tiempo que estuvo en mi casa, tan diferente de la primera vez que vino, no sabía si era la casa o las familias presentes lo que la ponía así. En la primera oportunidad que tuvo se escapó a la cocina, exactamente como hacía en la época en que era niña y no quería estar expuesta en ocasiones que había mucha gente en su casa. Hasta le preguntaría a Wanda de qué tanto conversaron, pero estaba seguro de que recibiría una respuesta evasiva.
Después del almuerzo, tan pronto salimos de la mesa puso una excusa de que tenía una cita con Melissa, pero sabía que quería irse, era tan transparente para mí.
—¿Realmente tienes que irte? —Le pregunté mientras caminábamos abrazados hasta la puerta.
—Sí, ya quedé con Mel, nos vamos a encontrar en el centro comercial. —Sonrió, pero esa sonrisa no llegó a los ojos.
—Entonces, ven. —La jalé hacia el garaje—. Llévate uno de mis carros, puede ser incluso el Bel Air. —Hablé en tono relajado para que no se