"Patricio"
No fue así como imaginé empezar el día con ella hoy. Quería haber sido más suave, más tranquilo, pero al escuchar que dejaría la empresa me volví loco, ¡eso no pasaría! Y sin pensar la cargué a mi oficina y nos encerré ahí. Nos quedaríamos encerrados juntos en esa oficina hasta que me escuchara y se quitara de la cabeza esa idea de irse.
Pero ella empezó a llorar y eso me agarró completamente desprevenido. Sus lágrimas eran de dolor, las lágrimas de un corazón roto y verla así hacía que sintiera todo dentro de mí doler, era un dolor emocional que sentía físicamente. Odiaba verla llorar, siempre lo odié, y en las muchas veces que la hice llorar siempre sentí ese dolor físico además del emocional, siempre me dolía como si fuera a matarme, un dolor punzante que no se iba.
Era ese dolor el que sentía mientras ella lloraba ahí en mi pecho. Y cuando me di cuenta, yo también estaba llorando, llorando con ella, llorando por ella. Odiaba herirla, lastimarla, y ya no quería eso. Qu