"Patricio"
Lisandra y yo pasamos el día en el apartamento, aferrados, conversando, hablando del tiempo en que estuvimos separados, tocándonos. Ella fue mía en cada rincón de ese apartamento.
Estaba planeando tener mucho tiempo de calidad con Lisandra, entonces sería práctico dejar algunas cosas en su apartamento. Por eso le había pedido a Romano que me enviara, además de las comidas del día, una pequeña maleta con algunos cambios de ropa y artículos personales, incluyendo los preservativos. No me cansaba de ella, de su cuerpo, de sus besos, no me cansaba de conversar con ella.
Estaba sorprendido con lo mucho que había cambiado durante los años en que no nos vimos, con cuántas cosas había hecho. Era una mujer valiente y determinada. Y era cautivadora, seductora, divertida, inteligente. Conversamos sobre tantas cosas, cosas tontas que me hicieron reír, cosas interesantes que me sorprendieron que supiera. Era muy fácil encantarse con esta mujer.
Estaba durmiendo tranquila en mi pecho,